Hoy leía un artículo de Fundación Pensar http://fundacionpensar.org/un- modelo-agotado/ que decía que Argentina tiene menos inversión extranjera directa que Brasil, Colombia y Chile.
Argentina, que desde toda su historia ha sido un destinatario y receptor de inversionistas de todo el mundo, hoy se encuentra reemplazado por sus países vecinos. Hoy en día, Argentina recibe de inversión extranjera un 15% de su PBI, y éste índice no ha variado desde el año 2007, mientras que en países como Chile creció un 94% y en Brasil un 61%. Según este informe, la inversión externa directa disminuyó a niveles mínimos para una economía del tamaño de la Argentina, cuyo PBI es uno de lo más grandes de todo el continente por encima de los países aún con el IDH más alto de la región, como son Chile y Uruguay. Por lo tanto, Argentina potencialmente tiene todas las materias primas como para ser un líder en cuestiones de comercio exterior y flujos de inversión.
Las exportaciones argentinas crecieron solamente un 20% en 4 años, mientras que en países como Uruguay, el porcentaje fue del 52%. Pero sin embargo, lo más importante es que los motivos de la reducida expansión, fueron todos por factores exógenos a la política económica y comercial del país. Argentina tiene un crecimiento anual del 3% que si bien se lo puede considerar exitoso con respecto a los índices del 2001 y 2002, la supuesta “bonanza económica” proviene de la excesiva liquidez del mercado extranjero, de la facilidad de la obtención de créditos estimulado por Estados Unidos, del precio de los commodities que han alcanzado picos históricos, del aumento de comercialización del Mercosur impulsado por el crecimiento de Brasil y un aumento del consumo propiciado con el Estado que, es causa y al mismo tiempo consecuencia de la inflación: el aumento de la demanda se corresponde con un aumento en los precios pero que, al mismo tiempo y ante la depreciación del valor de la moneda, el “ahorrista” no tiene otro remedio que consumir, favoreciendo aún más el crecimiento del índice de precios.
Generalmente, una medida que se mantiene ligada con la inflación, es la devaluación del peso en cuanto al dólar. Sin embargo, si bien esto sucede en Argentina, evidentemente el tipo de cambio es uno de los factores que inciden en esta disminución de la cantidad de inversores extranjeros: estamos ante un tipo cambiario que es muy alto para los importadores, pero muy bajo para los exportadores. Con un dólar a 4,11 al día de hoy, el nivel de exportaciones argentinas tendría que ser mucho mayor. Sin embargo, no solamente tenemos pocos inversores privados, sino que el Estado tampoco se hace cargo de las mismas. Y otra vez volvemos al círculo: cuando el gobierno comunica un aumento de exportaciones, es por factores externos y no tanto por una política exportadora nacional.
Asimismo, este tipo de cambio es insuficiente como para bajar la inflación. O es generadora de la misma. Pero como sea: la devaluación del tipo de cambio es equivalente a la revaluación de los precios. Por lo que cualquier beneficio obtenido en cuanto competividad en materia productiva, el mismo, cuando vuelve al país es absorbido por la inflación.
Al mismo tiempo, uno de los países con quienes tenemos una amplia relación comercial, China, podría empezar a aplicar políticas de ajuste ante un enfriamiento y contracción de su economía, causada por caída en los precios de sus bonos y el endeudamiento que mantiene.
Cuando esto ocurra, que sucederá con Argentina?.
Volviendo al tema de la inflación, al mismo tiempo: como un inversor puede poner empresas, comerciar, con un país cuyos precios no se saben como van a fluctuar?. Y cuando peor aún: las cifras son desconocidas, o no se publican de manera oficial.
Esto trae como consecuencia directa, una baja en las reservas nacionales, por lo que se tiene que recurrir a cajas de todos los argentinos: como las de jubilaciones y pensiones, quienes en definitiva mantienen estables las reservas del Banco Central, sumado a emisiones de letras del Tesoro Nacional. Aún así, el crecimiento está muy por debajo de países como Chile, quien tuvo un aumento en sus reservas del 65% y de Uruguay (86%). Esto se explica porque en parte, va a ser el Banco Central el que subsidie la disminución de la cuenta corriente que hasta hace 5 años era altamente superavitaria.
Asimismo, si se compara a Argentina con países del cono sur, tales como Uruguay, Brasil y Chile, es entendible el porqué de esta disminución. Argentina tiene un índice de pobreza del 22% según cifras del Barómetro de la Deuda Social, realizadas por la Universidad Católica Argentina. Más allá de que las cifras oficiales marquen un 7%, en caso de que estas sean ciertas, en comparación con otros países, Argentina está prácticamente estancado en la disminución de la pobreza, mientras que Uruguay lo ha logrado con mejores resultados: han dejado de ser pobres un 2,2% de su población.
Por lo tanto resulta importante poder realizar una verdadera revisión acerca de la situación económica argentina, con cifras reales que si bien han crecido ampliamente y nos han sacado de la crisis del año 2001, éstas todavía no se encuentran en los niveles que deberían estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario