sábado, 2 de julio de 2011

la calienta sopa

cortito y al pie porque tengo que salir (por mas que estoy con una gripe que hoy me partió al medio)

tengo la suerte de tener una muy buena amiga psicologa a quien le conté mis dramas masculinos y me definió como que me gusta histeriquear a los hombres y joderlos un rato haciendoles creer que puede pasar algo y después, PUM, me hago la indiferente y el flaco quedó en el pasado.
Es una boludez hacerlo, es de pendeja, inmadura, pelotuda y desalmada. Pobre flaco, en realidad. Pero les juro que no me doy cuenta, lo hago de manera totalmente involuntaria e inconsciente. Y lo he hecho, VARIAS VECES.

En Chile a toda esta gente (no pregunten como, pero creo que los chilenos tienen un término/palabra/frase justa para todo) se la llama "la calienta sopa" (si alguien sabe la traduccion en argentino por favor que me la pase, la verdad es que es de loser andar hablando con palabras de otro pais). Y he aqui la definición:


Para los que no están familiarizados con el término, “calentar la sopa” se refiere a la conducta femenina de provocar a un hombre, sin perseguir nada a cambio, es decir por el puro placer de seducir.
Sin querer me topé con un post dedicado al tema en un blog de machos: El club de los machotes. Aquí describen un caso clásico y definen tres tipos de personajes:
• El individuo “A” es el hombre víctima de las redes de la calienta sopa. Un tipo que se deja seducir y no sospecha, en un principio, que todos sus esfuerzos no van a ningún lado.
• El individuo “B” es el amigo gil de ella, quien por lo general ilusamente está enamorado y la sigue a todas partes como perro fiel.
• Y el individuo “C”, es lógicamente el novio oficial de la mina en cuestión.
Obviamente en toda esta historia, nadie gana, salvo el ego superinflado de ella. Si bien, con su conducta nunca consuma una infidelidad, el problema radica en el abuso de la coquetería para conseguir sacar provecho de la situación. Recibiendo tragos, regalos, invitaciones y demases, sabiendo perfectamente que jamás dará nada a cambio. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que es una estafa como cualquier otra.